En nuestra vida diaria, nos preocupamos por el futuro y nos aferramos al pasado, sin darnos cuenta de que el presente se nos escapa de las manos. En Japón, existe una filosofía que nos recuerda la importancia de vivir plenamente cada instante: Ichi-go Ichi-e (一期一会). Su significado es simple pero profundo: este momento es único y jamás volverá a repetirse. Esta idea tiene sus raíces en la ceremonia del té, donde cada encuentro es tratado con reverencia, como si fuera la última vez que las mismas personas se reunirán en esas circunstancias. Es un recordatorio de que nada en la vida es permanente y que, precisamente por eso, cada instante tiene un valor incalculable. “Cada momento que vivimos es un regalo. No podemos repetirlo, pero sí podemos honrarlo.” Pero Ichi-go Ichi-e no es solo una práctica en un salón de té. Es una forma de ver el mundo, una invitación a vivir con más presencia, más gratitud y más consciencia.