En el corazón de la filosofía japonesa encontramos un arte ancestral que va mucho más allá de lo tangible. El Kintsugi, que significa literalmente «reparar con oro», nos enseña que nuestras cicatrices, tanto físicas como emocionales, no deben ser escondidas ni olvidadas. Por el contrario, son capítulos importantes de nuestra historia personal. Esta técnica de reparación de cerámica, originada en el siglo XV bajo el shōgun Ashikaga Yoshimasa, mezcla resina con polvo de metales preciosos como oro o plata para restaurar piezas rotas. Pero el Kintsugi es más que una técnica artesanal: es un recordatorio de que nuestras grietas son parte de lo que somos, y que podemos encontrar belleza y fuerza en lo que antes considerábamos imperfecciones. En este vídeo exploramos no solo el origen del Kintsugi, sino también su profundo mensaje filosófico. Desde los talleres de artesanos japoneses hasta reflexiones contemporáneas sobre la resiliencia y la aceptación, «Kintsugi: El arte de reparar cicatrices con oro» te invita a mirar tus propias heridas con nuevos ojos. Descubre cómo este arte milenario nos inspira a encontrar fortaleza en la vulnerabilidad y a transformar nuestras cicatrices en algo único y hermoso.